La Hermana Faustina vivió el Viernes Santo junto a Jesús sufriente. Ella escribió: «Jesús lleva mi corazón al ardor mismo del amor (…) Jesús me hizo conocer cuánto ha sufrido por mí«. (Diario, 26)
Para Santa Faustina, este fue un día repetidamente asociado con el mensaje de la Divina Misericordia. Fue en este día que supo que ella sería el instrumento para proclamar el mensaje de la Divina Misericordia, cuando vio los rayos que emanaban del corazón de Jesús. (ver Diario, 414) «Vi al Señor Jesús martirizado, pero no clavado a la cruz, antes de la crucifixión y me dijo: Tú eres Mi corazón, habla a los pecadores de Mi misericordia» (Diario, 1666). “A las tres de la tarde, cuando entré en la capilla, oí estas palabras: Deseo que esta imagen sea venerada en público” (Diario, 414). “Tengo sed. De repente vi que de su costado salieron los dos mismos rayos que están en la imagen” (Diario, 648).
El Viernes Santo es también cuando comienza la novena de nueve días a la Divina Misericordia. “El Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia. Debe iniciarse el Viernes Santo. Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias” (Diario, 796).
Confiando en que podemos pedir todas las gracias, unámonos al rezo de la novena de los nueve días con la Coronilla a la Divina Misericordia.