Oh pequeñito Jesús, Te ruego con ardor,
encierra a todos en el mar de Tu misericordia inconcebible.
Oh dulce, pequeñito Jesús, toma mi corazón
para que sea Tu morada agradable y cómoda.
(Diario, 845)
¡Queridos Apóstoles de la Divina Misericordia!
El tiempo de Adviento, lleno de nostalgia y de gozosa expectación, está llegando a su fin. Pronto estaremos viviendo nuevamente este extraordinario misterio de la Divina Misericordia. Como escribe Santa Faustina en su Diario: El Verbo se hace Carne, Dios habita entre nosotros, el Verbo de Dios, la Misericordia Encarnada. (Diario. 1745)
Él viene al mundo para compartir nuestras alegrías y preocupaciones. Él trae la luz de su amor a cada oscuridad nuestra. Él trae paz donde el miedo y la incertidumbre sobre el futuro nos abruman. Jesús – nuestro Salvador y Señor Misericordioso.
En este momento especial, abramos nuevamente nuestro corazón a Jesús. Que nuestros corazones sean una morada perfecta para Él. Así podremos habitar con Él dando gracias por su bondad y adorando su infinita misericordia.
Llenos de Su poder, abramos nuestro corazón a los pobres, especialmente a los pobres de espíritu; aquellos que aún no han experimentado el amor de Dios en sus vidas. Ayudémosles con obras, palabras y oraciones misericordiosas.
Encerremos al mundo entero en el mar de la incomprensible misericordia de Dios. Pidamos que cada persona recurra a Su Misericordia con confianza y experimente la paz anhelada.
Con deseos de una bendecida y feliz Navidad
y la seguridad de nuestras oraciones
sr. M. Emanuela Gemza ISMM
junto a las Hermanas del «Faustinum»
Cracovia-Łagiewniki, Navidad 2023