De momento, vi a la Santísima Madre con el Niño Jesús (…)
Ella me dijo: “Toma Mi tesoro más preciado”.
(Diario, 608)
¡Queridos Apóstoles de la Divina Misericordia!
Una vez más, estamos experimentando en nuestra vida el misterio de la venida al mundo de Jesús – la Misericordia Encarnada. Viene sin publicidad, en la pobreza y la humildad de un establo de Belén, para hacerse disponible a todos. El Emmanuel – el Dios que tanto quiere estar presente en nuestra vida diaria. “Mira, no Me he rodeado ni de séquito ni de guardias, tienes acceso a Mí en cualquier momento, a cualquier hora del día Yo estaré esperando y listo para hablar contigo y deseo concederte gracias” (Diario, 1485). Estas palabras de Jesús, registradas en el Diario de santa Faustina, hablan de Su gran deseo y nos invitan a una relación cada vez más estrecha con Él.
Abramos, pues, nuestro corazón a la presencia misericordiosa de Jesús, que, aunque nacido como un Niño indefenso, es el Señor todopoderoso y grande. Porque igual a su majestad es su misericordia (Sir. 2:18), así que encomendemos confiadamente nuestro pasado, presente y futuro a Él. Llenos del amor de Dios, llevemos la Buena Noticia de la misericordia de Dios a todos los necesitados, a los que sufren y a los perdidos. Que experimenten el tierno amor de Dios a través de nuestra presencia misericordiosa, nuestra ayuda y oración.
¡Que tengan una Navidad llena de bendiciones y paz!
Con nuestras oraciones y saludos navideños,
hna. M. Emanuela Gemza ISMM
con las Hermanas del «Faustinum»
Cracovia, Navidad 2022