“Tenemos pleno derecho a creer que también nuestra generación está comprendida en las palabras de la Madre de Dios, cuando glorificaba la misericordia, de la que « de generación en generación » son partícipes cuantos se dejan guiar por el temor de Dios. Las palabras del Magnificat mariano tienen un contenido profético, que afecta no sólo al pasado de Israel, sino también al futuro del Pueblo de Dios sobre la tierra” (Dives in misericordia, nº 10).
María, adorando la misericordia de Dios, la vio a lo largo de toda la historia de su vida y en la historia de su nación. Al escuchar las grandes obras que Dios había hecho en el pasado y al experimentar Su venida a su propia vida de una manera tan extraordinaria e inesperada, glorificó la misericordia de Dios también en todo lo que Dios iba hacer por nuestra salvación. En esta alabanza de María, podemos escuchar el anuncio de la misericordia, ¡que también cada uno de nosotros experimenta en su vida! El Magnificat de María nos presenta a un Dios fiel a sus promesas. ¡Siempre!
¿Ves la misericordia de Dios en la historia de tu vida?
Cuando piensas en el futuro, ¿qué aparece de manera espontanea en tu corazón: miedo, incertidumbre o confianza y seguridad en la presencia de Dios?
“Haz conmigo, Jesús, lo que Te plazca. Yo Te adoraré en todas partes. Y que se haga en mi Tu voluntad, oh Señor y Dios mío, y yo glorificaré Tu infinita misericordia. Después de este acto de sumisión cesaron estos terribles tormentos. De repente vi. a Jesús que me dijo: Yo estoy siempre en tu corazón. Un gozo inconcebible inundó mi alma y [llenó] de gran amor de Dios que inflamó mi pobre corazón. Veo que Dios nunca permite por encima de lo que podemos soportar” (D.78).