Hoy celebramos el aniversario del paso de Santa Faustina a la Casa de nuestro Padre. Era el día que la Secretaria de la Divina Misericordia esperaba con gran esperanza y anhelo, en actitud de sumisión confiada a la voluntad de Dios. Fue su fallecimiento lo que se convirtió para ella en un nuevo comienzo. Antes de su muerte, Sor Faustina escribió:
“ (…) Veo y me doy cuenta claramente de lo que pasa conmigo; a pesar del cuidado de las
Superioras y los esfuerzos de los médicos mi salud está agotándose y huyendo, pero me alegro enormemente de Tu llamada, oh Dios mío, Amor mío, porque sé que en el momento de la muerte empezará mi misión. Oh, cuánto deseo ser librada de este cuerpo. Oh Jesús mío, Tu sabes que en todos mis deseos quiero ver siempre Tu voluntad. De por mi no quisiera morir ni un minuto antes ni tampoco vivir un minuto mas, ni que disminuyan los sufrimientos ni que aumenten, sino que deseo únicamente lo que sea conforme a Tu santa voluntad. Aunque mi entusiasmo es grande, y mis grandes deseos arden en el corazón, pero nunca es por encima de Tu voluntad” (Diario, 1729).
Hoy Santa Faustina nos cuida desde el cielo y nos infunde valor, animándonos a confiar en la Misericordia de Dios. Podemos aprender de ella esta inmensa confianza en Dios Misericordioso.
Santa Faustina, ruega por nosotros!