Extraer de la Fuente
Tadeusz Kotlewski SJ
Extraer de la Fuente es una propuesta y un estímulo para reavivar la fe y la oración. Este no debe ser un manual de cómo rezar, sino una pequeña guía en el camino del desarrollo de la oración personal. Se sabe que lo que anima y motiva a rezar es no tanto la multiplicidad de los contenidos leídos y conocidos, sino la oración misma, entendida como una entrada personal en este camino. A veces, el hombre piensa que la oración es algo muy difícil, sobre todo si se trata de una oración prolongada. Sin embargo, la oración puede convertirse en un camino sencillo que conduce a Dios y al hombre, siempre y cuando se practique con humildad y valentía, con sencillez y naturalidad.
La introducción a la oración en la vida cotidiana debe ayudar a volver a extraer de la Fuente, para redescubrir el sabor espiritual y la satisfacción del encuentro con Dios.
Juntos o por separado
Tadeusz Kotlewski SJ
Las comunidades cristianas viven con un único celo radical, que es la imitación de Jesucristo. Es Él quien llama, quien invita a la comunidad y quien envía. Es Dios, y no el hombre, quien hace que una comunidad humana sea una comunidad cristiana. El desarrollo de la unión con Él conlleva que los lazos humanos se vuelvan cada vez más profundos, auténticos y responsables. Sin duda alguna, es un camino espiritual que no se puede recorrer a solas. Por eso hay que caminar juntos para llevar la Divina Misericordia a los demás con la fuerza del Espíritu Santo.
Amarse a uno mismo
desde el fondo del corazón
Tadeusz Kotlewski SJ
Para que el hombre se ame de verdad a sí mismo debe entrar en lo más profundo de sí mismo, necesita encontrarse consigo mismo para descubrir la Fuente del Amor que está en él y que a menudo está enterrada por las dolorosas experiencias de la vida. Sólo si se entra en el propio corazón, después de todo y sobre todo, se conocerá el Amor verdadero que es Dios. Con el poder de este Amor, la persona será capaz de amarse de verdad a sí misma, descubrir su valor y dignidad, y amar al otro preocu-pándose por él, haciéndose responsable de él. Este Amor dispone al hombre a rendir el debido honor a Dios a quien sirve y a quien quiere amar con todo el corazón.
Fiarse de la esperanza
Tadeusz Kotlewski SJ
El cristiano no basa su esperanza en las estructuras sociales ni en las personas que prometen algo, tampoco en las realidades inseguras, sumergido en un optimismo irreal. La esperanza del cristiano no consiste en un optimismo fácil. Es un ancla que se lanza para que caiga en suelo firme, es un apoyarse en la Roca, que es Dios mismo. Aunque la esperanza parece ser la compañera inseparable de la vida, uno la puede perder. Pueden llegar situaciones tales que acaben apagando la chispa de la esperanza en el hombre. Restituir la esperanza en el hombre es darle otra oportunidad para una vida nueva, es darle paz, verter en él un flujo de energía y fuerza para que quiera seguir viviendo.
Misericordiosos en la vida cotidiana
Hna M. Alicja Zelmanska
¿Qué debemos hacer para que la misericordia de Dios se exprese en todo nuestro ser, impregnando nuestros pensamientos, palabras y acciones? ¿Cómo ser misericordioso no solo de vez en cuando, en ocasiones especiales como los grandes acontecimientos de la vida, o bien realizando acciones caritativas, sino «siempre y en todas partes», es decir, en nuestra vida cotidiana? Este libro es un intento de responder a estas y otras preguntas. Su propósito es avivar, profundizar y fortalecer el espíritu de la misericordia hacia aquellos que encontramos todos los días en el camino de la vida.
Santa Sor Faustina comprendía bien que la misericordia humana consiste en participar en la misericordia de Dios, y por lo tanto requiere estar en comunión con Él, significa tener una profunda unión con Él, que es la Fuente de la Misericordia. Esta unión hay que vivirla no solo en los momentos de oración sino también en todos los acontecimientos de la vida cotidiana. Su vida nos muestra cuán importante es, en la formación de la actitud de misericordia, el hecho de descubrir la presencia de Dios, Fuente de la Misericordia, en el alma, y unirse a Él a través del amor. Ella, al unirse a Él, al adorarlo y contemplarlo en su interior, en lo más profundo de su corazón, deseaba ser su vivo reflejo y poder ser transformada en su misericordia. Su oración “Ayúdame, oh Señor”, es la expresión de este anhelo ardiente.
14 formas de ejercer la misericordia
Hna M. Diana Kuczek
«Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso Él que practicásemos» (Ef 2, 10). Esta conciencia me llena de alegría. Soy un ser humano que ha sido creado por Dios. San Pablo escribe: “Soy pues, obra suya». Dios, bueno y misericordioso, me ha llamado a participar en el amor de la Santísima Trinidad, para que lo ame a Él, pero también a mí mismo y a los demás, con el amor que Él mismo derramó en mi corazón. ¡Qué bueno es Dios! ¡Cuánto ha confiado en mí! Jesús desea que yo exprese mi fe y mi amor a través de obras concretas. Ya me había preparado desde un tiempo inmemorial, me llamó para que de esta manera cumpliera la voluntad del Padre, que quiere mi felicidad y salvación.
Sin embargo, miro con preocupación el mundo a mi alrededor lleno de relativismo, consumismo y conformismo. A veces, me parece que el mundo de los valores ya es algo de un pasado lejano, y por otra parte el subjetivismo y el individualismo siguen orientándome únicamente hacia mis necesidades. La historia del pecado y el mal continua sin cesar, y sigue captando nuevos partidarios. La fuerza de la iniquidad es aterradora, incluso llega a ser aplastante. No obstante, no pierdo la fe en la misericordia de Dios. Jesús me redimió, sufrió la pasión y murió por mi salvación, y al tercer día resucitó de entre los muertos.
La victoria está del lado del bien, del lado de Dios Todopoderoso. Por eso, sigo buscando maneras de compartir la experiencia de la misericordia… ¡He encontrado al menos 14 de ellas! ¡7 corporales y 7 espirituales! Junto con santa Sor Faustina, emprendo un viaje para encontrar a Dios en el prójimo, y así poder llegar a un ser humano en plenitud…