Hoy celebramos la Fiesta de la Presentación del Señor. Recordamos el evento cuando Nuestra Señora ofreció al Niño Jesús en el templo de Jerusalén. Es también el Día de la Vida Consagrada, cuando oramos de manera especial por los religiosos y religiosas, que han dado su vida al servicio de Dios.
El mismo Señor Jesús nos pide oración por esta intención. Le dijo a Santa Faustina: «Confío a tu cuidado dos perlas preciosas para Mi Corazón, que son las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos; por ellas rogarás de manera especial…» (Diario. 531). Es por eso que queremos animarles a rezar por estas dos perlas.
En el mismo extracto del Diario se pueden encontrar también las siguientes palabras de Jesús: «Las plegarias, los ayunos, las mortificaciones, las fatigas y todos los sufrimientos, los unirás a la oración, al ayuno, a la mortificación, a la fatiga, al sufrimiento Mío y entonces tendrán valor ante Mi Padre” (Diario. 531). No necesitamos ningún tiempo adicional para la oración, lo crucial es nuestra intención y el deseo de aceptar todo lo que nos sucede con confianza y estando unidos a Jesús.
Muchas gracias por sus oraciones
por nosotras. Las necesitamos mucho.
Son muy importantes para nosotras porque cada oración nos fortalece y nos ayuda a reconocer las inspiraciones del Espíritu Santo. Para nosotras es la luz,
en el discernimiento del camino futuro de nuestra Asociación. La oración nos une.
En el Día de la Vida Consagrada confiamos a Dios todas las perlas preciosas de Su Corazón. Oremos por los sacerdotes y religiosos para que sean testigos fieles de Dios, que es rico en misericordia.