HOY ES EL 87° «CUMPLEAÑOS» DE LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
Hoy celebramos un aniversario más de la revelación de la Coronilla a la Divina Misericordia. La Coronilla es una oración especial porque su autor es Dios mismo. Santa Faustina aprendió esta oración durante su estancia en Vilnius.
Ella escribió las palabras que escuchó en su alma, en el Diario. Ella describió este evento de la siguiente manera:
“El día siguiente, viernes 13 de septiembre [1935].
Por la tarde, estando yo en mi celda, vi un ángel, ejecutor de la ira de Dios. Estaba vestido con una túnica brillante, su rostro resplandecía, y debajo de sus pies había una nube de la cual rayos y relámpagos iban a sus manos, y de sus manos salían y golpeaban la tierra. … Empecé a rogar a Dios por el mundo con las palabras que había oído interiormente.
Cuando así rezaba, vi la impotencia del ángel que no podía cumplir el justo castigo que correspondía por los pecados. Nunca antes había rogado con tal potencia interior como entonces. Las palabras con las cuales suplicaba a Dios son las siguientes: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero. Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.
A la mañana siguiente, cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior: Cuantas veces entres en la capilla, reza en seguida esta oración que te enseñé ayer.
Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras: Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente: primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en la cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.” (Diario, 474-476)
Jesús otorgó promesas extraordinarias a quienes rezan la Coronilla a la Divina Misericordia. Él nos asegura que quien la rece puede recibir todos los favores y bendiciones. Jesús también enfatiza que a través de esta oración es posible obtener la gracia de una muerte feliz (en estado de gracia) y pacífica. El Señor Jesús dirige esta promesa incluso a los pecadores empedernidos: “Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz.”
(Diario, 1541)
Que esta Coronilla a la Divina Misericordia,
tan difundida en todo el mundo cristiano, nos cautive una vez más con su historia,
y nos inspire a una mayor confianza y cercanía a Jesús.