Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena del temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma*: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero. (Diario 47).
Hace exactamente 94 años, Sor Faustina vio a Jesús en su celda, quien le encargó que pintara un cuadro, hoy conocido en todo el mundo, con la firma: Jesús, en Ti confío.
Este cuadro es especial porque Jesús mismo quiso que fuera pintado para acercarnos a la verdad de su amor misericordioso por cada uno de nosotros.
Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío. (Diaro 327)
En un nuevo aniversario de la revelación de la imagen de Jesús Misericordioso, adoremos a Dios por este don especial y extraigamos de la fuente de la misericordia las gracias para nosotros y para los demás, con el recipiente que nos dio Jesús por medio de santa Faustina.