Evangelio: (Jn 15, 1-8)
Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador.
Toda rama que no da fruto en mí, la corta. Y toda rama que da fruto, la limpia para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, pero permanezcan en mí como yo en ustedes. Una rama no puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí, no pueden hacer nada.
El que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman. Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos míos.
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Santa Faustina anotó en su Diario (D. 969, 1630, 1231)
Hoy fui a hacer la meditación delante del Santísimo Sacramento. Cuando me acerqué al altar, la presencia de Dios penetró mi alma, fui sumergida en el océano de su divinidad y Jesús me dijo: Hija Mía, todo lo que existe es tuyo. Y le contesté al Señor: Mi corazón no desea nada fuera de Ti solo, oh tesoro de mi corazón. Te agradezco, Señor, por todos los dones que me ofreces, pero yo quiero solamente Tu Corazón. Aunque los cielos son grandísimos, para mi son nada sin Ti; Tú sabes muy bien, oh Jesús, que me desmayo continuamente por desearte con vehemencia. Has de saber, hija Mía, que lo que las demás almas alcanzarán en la eternidad, tu lo gozas ya ahora.
Oh Jesús mío, consolida las fuerzas de mi alma para que el enemigo no gane nada. Sin Ti soy la debilidad misma, sin Tu gracia no soy más que el abismo de miseria. La miseria es mi propiedad.
No Te unes con un serafín, oh Dios,
Sino con un miserable ser humano,
Que sin Ti no puede hacer nada,
Pero Tú eres siempre misericordioso con el hombre.
a
- Jesús dice que Yo ya estoy limpio por la palabra que me ha anunciado …
- ¿Intento escuchar la Palabra viva de mi Señor resucitado todos los días y permanecer en Él?
- ¡Le pediré al Espíritu Santo la gracia de un deseo apasionado de estudiar la Palabra de Dios!